martes, 22 de diciembre de 2009

Duele y mucho...

Ayer estuve hablando por teléfono con mi Amo, agradezco la paciencia que tiene conmigo, Él sabe que todo esto no es fácil para ninguno de los dos, nuestro deseo de estar juntos y nuestros sentimientos se hacen patentes a cada momento, y nos causa dolor. Dolor por no poder compartir el día a día, por perdernos esos pequeños detalles cotidianos que tanto nos hacen reír, por no poder hacer la "sacrosanta" siesta juntos, y tampoco el "obligado" ejercicio diario, o "picarnos" mutuamente para ver a quién le toca pagar el café, o mi involuntario "afán" en hacer pecar a mi Amo con la carne (no penséis mal...! me refiero a la de comer), o acurrucarme en sus piernas mientras lee un libro en el sofá, o dormir por la noche junto a Él sintiendo el calor de Su piel mientras coge mis pechos, o esos azotes que tanto añoro y que tanto placer nos producen a los dos.

Perderse todo eso... si que duele y duele mucho!!!

Hay momentos de bajón en que siento pánico ante la idea de perderlo para siempre, y no puedo evitar que las lágrimas aparezcan. Otros en cambio recordando su amor por mí, hacen que lo sienta próximo, alentándome, dándome la fuerza y el apoyo que necesito para seguir, para encaminarme en mi futuro, en mi viaje interior, donde debo encontrar las respuestas y la claridad suficiente para actuar, para liberarme y resurgir, segura y convencida de mis futuras acciones, esas que me han de liberar de todo equipaje.

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Para relajarse...

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